Para empaparse del espíritu del lugar, será absolutamente necesario experimentar un troglodita, durante una hora o una noche. Asista a una gala de Cadre Noir, suba los escalones de un castillo. Disfrute de una puesta de sol en el Loira, cuando la suavidad envuelve el paisaje circundante.
Y como el territorio es también una historia de gustos, es imposible perderse las Casas de finas burbujas, las siete denominaciones de origen del vino o incluso una degustación de fouées calientes y crujientes...
¡Hay tanto por descubrir!